Hoy nos enfrentamos a la necesidad de convertir todo lo referente con nuestro medio ambiente en una herramienta social dentro del proceso educativo para la construcción de una conciencia particular y colectiva, que a la vez permita estimular y ejecutar bajo una conducta ambientalista los procesos educativos, culturales, sociales, políticos y económicos que demanda hoy la población del mundo ante las amenazas de la naturaleza.
Para ello, nos apoyamos de la ecopedagogía, quien a la vez, fundamenta sus bases en la educación ambiental y la ecoformación, esperanzados en que se trata de una posibilidad para revertir el modelo consumista, a partir de procesos generales de concientización, referidos a saberes, actitudes y valores.
El desarrollo sustentable retoma los principios del eco desarrollo fortaleciéndolos con nuevos elementos económicos que, por una parte validan la necesidad de estrategias productivas que no degraden el ambiente, y por otra, hacen hincapié en la necesidad de elevar el nivel de vida de las grandes poblaciones con bajos recursos, responsabilizando, en parte, a los países industrializados del subdesarrollo y la crisis ambiental.
Sin embargo, hay que considerar que hablar de ecopedagogía requiere no sólo de acuerdos internacionales sobre la importancia de la sustentabilidad ambiental, sino de cambios en el sistema político internacional que incorpore a los países pobres en la participación efectiva en la toma de decisiones.
La ecopedagogía implica una nueva visión del mundo, nuevas formas de relaciones entre sociedad-naturaleza, que involucre a los individuos a las transformaciones institucionales y culturales.
Partiendo de este concepto tan vasto, se propone la educación para el desarrollo sustentable que implica necesariamente la reflexión y el cuestionamiento del desarrollo económico que, desde mi perspectiva, comprende la toma de conciencia del predominio de un estilo de vida consumista, fundamentada en la explotación de los recursos naturales. Al mismo tiempo, se plantea la búsqueda de alternativas viables de desarrollo en el que la importancia de la educación ambiental es fundamental.
La educación ambiental puede impulsar a la sustentabilidad, pero debemos tener presente que, no por ello pierde su identidad, por ende, considero que es pertinente hablar de educación ambiental y sustentabilidad, como dos conceptos complementarios.
La ecopedagogía no es una unidad de aprendizaje suplementaria que se anexa a los diseños curriculares; demanda transversabilidad y la formación de educadores ambientales que puedan realizar esta integración, tanto en la teoría como en la praxis. Esto es, la ecopedagogía contribuye a mejorar la calidad de vida y del medio ambiente, a la protección y conservación de nuestro entorno, hacer hincapié en los problemas ambientales, proporcionar elementos para la participación y la toma de decisiones.
Comprende aspectos que pueden ser desarrollados en los distintos ámbitos de la educación. No se trata de formar ‘especialistas’ en educación ambiental, o en sustentabilidad, sino en formar en los sujetos, cualquiera que sea su edad y escolaridad, una visión de la complejidad ambiental, que les dé la posibilidad de conocer el medio ambiente, intercambiar experiencias e incidir en sus problemas.
